Refugio
natural para hombres y animales, asilo de tesoros subterráneos, las
cuevas son fenómenos geológicos que maravillan por su esencia y
espectacularidad.
Dobšinská ladová Jaskyňa, la cueva de hielo más grande de Europa. | |
Por Verónica Luna
El viaje al centro de la Tierra es
una fantasía que se dispara frente a la posibilidad de sumergirse,
indagar, bucear en las profundidades del planeta. La puerta de acceso
son las cuevas y cavernas que diseminadas en todo el globo, invitan a
entrar a ese mundo de misterios. Seguramente la realidad devolverá un
viaje mucho menos ambicioso, pero no por ello una experiencia menos
encantadora.
Si de hacer divisiones taxonómicas
se trata, algunas cavernas albergan vestigios prehistóricos y huellas
de las civilizaciones que la habitaron. Otras son formaciones de piedra
caliza que tienen ríos o lagos subterráneos en su interior, o son
producto de la acción volcánica. Algunas ocultan piedras preciosas o
alcanzan magnitudes sorprendentes que por lo mismo se vuelven
inaccesibles. Lo cierto es que constituyen una aventura que tiene sabor a
exótico o por lo menos extraño a la rutina cotidiana, que invita a
entrar y a inspeccionar desde el lugar más genuino de la curiosidad y el
interés.
Estados Unidos
La meseta que se extiende entre Nuevo México y Texas, presenta unas
trescientas cavidades que son algo así como un pasaporte hacia la
aventura y el conocimiento. Se trata de las cuevas de piedra caliza más
grandes de América del Norte. Las Cavernas de Carlsbad alcanzaron estado
público a principios de siglo XX, pero su formación data de 250
millones de años. En su lugar había un arrecife marino que fue cubierto
por sedimentos y sometido a procesos geológicos que derivaron en que la
composición de los materiales, en contacto con el agua proveniente de
filtraciones, desgastara la piedra y generara las cavernas pero de abajo
hacia arriba, a diferencia de lo que suele suceder en otras formaciones
similares.
El goteo constante produce la
acumulación de sedimentación dando lugar a la creación de figuras
imponentes en formas y tamaños. El Domo Gigante, de 19 metros de altura,
es la formación geológica más grande de Carlsbad. Pero no es lo único
que impacta en este Parque Nacional. La cueva Lechuguilla, que es parte
de este complejo, tiene una extensión de 196 Km, ubicándose en el quinto
puesto en las cavernas más largas conocidas en el mundo y es además una
de las más profundas de Estados Unidos. La cámara llamada “El Salón
Grande”, con 55.000 metros cuadrados, es una de las de mayores
dimensiones de piedra caliza del mundo. Pero el asombro no se agota
allí. Al atardecer, desde el anfiteatro dispuesto alrededor de la
entrada a una de las cuevas, se puede observar a cientos de murciélagos
que abandonan su refugio en busca de alimentos dando un espectáculo por
lo menos atípico.
El Parque está abierto durante
todo el año, a excepción de Navidad. Se pueden hacer varios recorridos
con guía que tienen una duración de entre dos y tres horas y media. Para
visitarlo, conviene reservar primero porque algunas excursiones tienen
cupos limitados. Las actividades no son recomendables para niños de
menos de cuatro años. En cambio, hay sectores que pueden ser visitadas
por personas con movilidad reducida.
Las Cuevas de Sara
Son una alternativa más que
tentadora para los que quieran hacer turismo de cavernas. La experiencia
ofrece un combo de geología, conocimientos de prehistoria y mitología
de la región. Es que además de la visita subterránea, el lugar cuenta
con un museo que relata la evolución del hombre y un parque megalítico.
“En Sara tenemos una riqueza formidable porque tenemos muchos sitios
turísticos variados, tenemos un pueblo muy bonito y hay mucha gente”,
relata François Pouyet, del departamento de difusión. El énfasis está
puesto en ampliar la oferta de actividades que el turista puede realizar
en el lugar, además de visitar el Parque.
En la zona transfronteriza que une
la región noreste de España con Francia casi podría establecerse la
ruta de las cuevas. Hay varias salas subterráneas con una cantidad
indescriptible de estalactitas que decoran el espacio de un modo
caprichoso y original. Algunas que crecieron tanto que terminaron por
convertirse en columnas de varios metros de altura. En la variedad de
recintos que se pueden visitar, hay túneles de lava y viejas minas
abandonadas. Cada año, el primer domingo de marzo, se lleva a cabo el
proyecto “El mundo subterráneo sin fronteras”.
Es una iniciativa apta para todo público, con el cual pueden visitarse
ocho cuevas, las de Sara y siete más distribuidas en diferentes
provincias de España como Navarra y Guipúzcoa, con las entradas a mitad
de precio.
Argentina
La Cueva de las Manos, en la
Patagonia argentina es un espacio de gran atractivo para los curiosos
interesados en descubrir algunas costumbres de los primeros pobladores.
Cada año, visitan el lugar alrededor de ocho mil turistas, provenientes
del ámbito nacional y de Alemania, Francia e Italia principalmente.
“El sitio Cueva de las Manos, en el área Alto Rio Pinturas, incluye una
cueva, varios aleros y farallones con pintura rupestres, que en
conjunto conforman el sitio arqueológico Cueva de las Manos .El área es
única ya que guarda una de las más antiguas manifestaciones artísticas
de los grupos de cazadores que habitaron inicialmente el actual
territorio argentino. El nombre del sitio proviene de la presencia de
más de 800 negativos de manos ejecutados sobre superficies rocosas”, detalla Mariana Vega, del Centro de Informes de Río Gallegos.
Además de las manos, se observan representaciones de guanacos y figuras humanas cuya antigüedad supera los 9.000 años. “Las
pinturas eran realizadas con óxidos de minerales, tierras o arcillas
del color del entorno, estos pigmentos naturales eran mezclados con
líquidos: agua, grasa, sangre o saliva, creando una pasta apta para
aplicar sobre la roca”, continúa Vega. Se cree que la sequedad del ambiente, el clima frío y árido contribuyó a la conservación de los dibujos. Declarado Monumento Histórico Nacional, el lugar es también considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
La visita a la Cueva de las Manos
es una parada fundamental para los turistas que realizan el recorrido de
la Ruta 40. Además de las representaciones rupestres, en el circuito se
aprecia el cañadón del Río Pinturas, con más de 200 metros de altura.
Bulgaria
En el este de Europa, Bulgaria es
uno de los territorios favoritos para la práctica de la espeleología. La
actividad, practicada por los amantes de la vida subterránea, encuentra
en la región un espacio para explayarse. Hay más de cuatro mil cuevas.
Magura es una de las más grandes. Está ubicada a 32 Km. de la ciudad de
Belogradchik, en el noroeste del país. En sus paredes está su mayor
tesoro. Son las pinturas rupestres con más de 2.800 años de antigüedad
realizadas con guano. También se encontraron en su interior algunos
utensilios de la Edad de Bronce y cerámicas. En tanto que Garganta del
Diablo se destaca por su longitud de un kilómetro, y sus 300 mil años de
historia. Una importante cascada es su principal paisaje. En Ledenika
también hay cascadas, además de estalactitas y estalagmitas. En
invierno, cuando el hielo cubre sus paredes, ofrece un espectáculo
diferente. Pero la más grande de la Península Balcánica, es Yagoudina,
con 10 kilómetros de extensión. En su interior se puede apreciar una
especie de laberinto de excéntricas formas que traza la sedimentación.
Eslovenia
El Parque Grutas de Škocjan se
convierte en un atractivo imperdible. Declarado Patrimonio de la
Humanidad, un conjunto de cuevas a unos 200 metros de profundidad se
vuelven irresistibles para cualquiera que imagine un paisaje cárstico
con grutas, dolinas, barrancos y formaciones muchas y variadas. Una
caminata de poco más de una hora llevará a conocer detalles del terreno y
el origen de las cavernas así como aspectos relacionados con la flora y
fauna del lugar, mientras que el museo complementa la información
etnográfica.
La cueva de hielo Dobšinská ladová
Jaskyňa es la más grande de Europa. Se encuentra en la colina de Duca,
a una altura de casi mil metros. Mide 1.232 metros y tiene una
profundidad de 112 metros. Descubierta por un minero en 1870, un año
después ya estaba abierta al público. En 1887 fue la primera cueva
iluminada en Europa. Su temperatura media anual es de 0 grados. El
caudal de agua congelada en plena caída, las formaciones adosadas a la
pared, son paisajes únicos que bien se ganaron el estatus de Patrimonio
de la Humanidad.
Las cuevas tienen un halo de
misterio que atrae. La posibilidad de conocer un poco más de los
secretos que se esconden bajo tierra es una tentación irresistible,
sobre todo porque algunos de sus paisajes internos siguen dibujando
caprichosas formas que sorprenden. Las cavernas continúan siendo un
refugio para el hombre, pero ahora de aventura y conocimiento. El
hombre de las cavernas, es ahora un turista. Y si como en la canción
infantil, alguien pide "que llueva, que llueva", no importa porque el
turista está en la cueva.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario