Visitantes

Translate

sábado, 29 de octubre de 2011

Botswana: naturaleza salvaje

Este país africano, que limita con Sudáfrica al sur, es la meca para los amantes de la naturaleza, ya que lo atraviesa el desierto de Kalahari y un 17% de su territorio está protegido por parques nacionales listos para ser descubiertos. Te invitamos a conocer Botswana, el lugar donde no vale quedarse adentro.


Atardecer en Botswana (Imagen: copyright Derek Keats)









Puede que muchos no lo hayan escuchado nombrar muchas veces, pero la república de Botswana es un país africano que limita al sur con Sudáfrica y es un paraíso para todo aquel que disfrute de las actividades en la naturaleza salvaje.

Una gran mayoría del país está ocupada por el desierto de Kalahari, mientras que un 17% del territorio está protegido por parques nacionales que resguardan las más variadas especies de animales y ecosistemas. Si tu idea de vacaciones son campamentos en el desierto, safaris y una cultura vibrante, tu próximo destino debe ser Botswana.

Luego de su independencia de Gran Bretaña, en 1966, Botswana fue considerado uno de los países más pobres del mundo, pero en la actualidad es una de las democracias más consolidadas de África y uno de los países de mayor crecimiento económico.

Gaborone es la ciudad capital de Bostwana, y se encuentra a unos 15 kilómetros de la frontera con Sudáfrica. Con más de 200.000 habitantes, esta urbe cuenta con la universidad nacional, organizaciones internacionales y los edificios oficiales como ministerios, el parlamento y oficinas de gobierno. El turismo en Gaborone es mínimo, pero cuenta con el aeropuerto internacional - el más importante del país- que recibe vuelos de la mayoría de las grIndígenas de Botswana (crédito: Dietmar Temps)andes aerolíneas del mundo.


El desierto de Kalahari, también llamado desierto rojo por sus arenas rojizas, ocupa un 70% del territorio del país y tiene una particularidad: goza de temporadas de lluvias que permiten su abundante vegetación y épocas muy secas con altísimas temperaturas.

Kalahari tiene facetas tan diversas, que en algunas zonas crecen salvajemente varias especies de melones, mientras en un área húmeda, llamado el Delta de Okavango, se crean pantanos donde residen leones, cocodrilos, elefantes, jabalíes, búfalos, cebras y miles de especies de pájaros.

“Gran sed”, como también se denomina a este desierto, está habitado por la tribu de los bosquimanos, un grupo étnico que aún mantiene sus antiguas costumbres.

Una de las excursiones más populares del desierto rojo es pasar un día con los bosquimanos de la región Dqae Qare, compartiendo su moda de vida, aprendiendo sus bailes y admirando su particular dialecto, compuesto por 5 lenguas que incluyen chasquidos y silbidos.

Estos habitantes originarios enseñan a los visitantes historias del desierto, muestran como confeccionan joyas con restos de los huevos de avestruz y cuentan su experiencia de convivir con la flora y fauna mientras se caminan por las dunas de arena roja.


En las puertas del desierto de Kalahari, la ciudad de Maun es la capital del delta de Okavango y el ce(Crédito: David L. Govoni ©2009)ntro de operaciones para los safaris que se realizan en los pantanos.

Maun es un importante centro turístico con un aeropuerto que recibe vuelos diarios de Gaborone y desde la ciudad sudafricana de Johannesburgo. También ofrece buenos hoteles, restaurantes y empresas turísticas que organizan safaris y avistajes de los animales salvajes que viven en la zona.

El parque nacional Chobe, ubicado en el noroeste del país, es el más antiguo y completo de Botswana. Este lugar, considerado uno de los primeros donde se realizaron safaris en el sur del continente africano, cuenta con cuatro ecosistemas: zonas verdes que rodean el río Chobe, el pantanal de Savuti, la marisma de Linyati y el campo.

El plato fuerte de Chobe es su gran reserva de elefantes, que llega a 120.000 ejemplares, y se los puede admirar caminado con sus crías o migrando - dentro del parque- hacia las orillas del río durante las épocas más secas. Los paseos también permiten estar muy cerca de las cebras, antílopes, jirafas y búfalos que habitan esta área protegida.

Si buscas naturaleza y experiencias únicas en el mundo, Botswana ofrece lo que necesitas.

Fuente: todoparaviajar.com

Experiencias de altura

Jugar al tennis cerca del cielo, comer casi sostenidos en el aire o un parque de atracciones a más de 100 metros del piso son algunas de las muchas opciones que varias ciudades turísticas ofrecen para quienes no sufren de vértigo.


La montaña sagrada de Hua-Shan. Foto: discopalace

Si eres de los que les temen a las alturas, se marean y sufren de vértigo, entonces pasa de nota. Pero si, en cambio, eres de los aventureros que no pueden esperar para sentir que la adrenalina corre por su cuerpo, ésta nota es para ti, ya que te contaremos algunos de los lugares del mundo que debes visitar para vivir una experiencia diferente, de altura.

En Las Vegas, por ejemplo, está Stratosphere Casino, Hotel & Tower, un conocido hotel-casino con una torre de 350 metros de alto (algo así como 110 pisos) donde funciona un parque de atracciones. Así, quienes buscan combinar lujo, placer y aventura, aquí tienen todo en un mismo lugar. Por supuesto, la increíble vista que se obtiene desde la torre de este hotel es inigualable, por lo que, además, se convierte en un mirador privilegiado. Y si quieres cenar allí arriba, puedes hacerlo, mientras giras a 360 grados para obtener una panorámica.


Una experiencia igual de vertiginosa, pero menos moderna es la montaña sagrada de Hua-Shan, en China, conocida como la ruta más peligrosa del mundo debido a que los senderos para ascender hasta los templos taoístas que se encuentran en su cumbre son muy escarpados. Entre los tramos más peligrosos de todo el trayecto están Changong Zhandao, donde el camino es casi vertical, y el conocido como Dragón negro, en una empinada arista de una roca de sólo unos centímetros de ancho. La Garganta de los cien escalones (con una pendiente de 90 grados) suma dramatismo al itinerario a pie. Si pasas por todos estos escollos, obtendrás una de las más maravillosas vistas de las cinco montañas sagradas que, según desde el ángulo que se observen, simulan una flor. El tiempo estimado de ascensión es de diez horas, pero quienes no quieren perderse el espectáculo visual ni quieren poner su vida en riesgo, hay un teleférico que va hasta el pico este.

Si quieres algo más relajado y deportivo, tu destino es Dubai y tu parada el último piso del lujoso hotel Burj Al Arab. Allí, ni más ni menos que André Agassi y Roger Federer inauguraron la cancha de tenis más alta del mundo: a 210 metros del suelo. Cuando no hay raquetas a la vista, la cancha oficia de helipuerto. ¿Te animas a correr las pelotitas en este court sin barandas a la vista?

¿Te gusta el surf? Súmale un poco de acción surfeando el volcán Cerro negro, a 725 metros de altura, en Nicaragua. El deporte se denomina volcanoboarding y con la ayuda de una tabla los más corajudos se lanzan por su pendiente.

Otra opción pintoresca, y tal vez menos vertiginosa, es la confitería giratoria de la cima del Cerro Otto, en Bariloche (Argentina). Mientras los visitantes degustan las delicias artesanales del lugar (incluida la cerveza), el lugar da vueltas ofreciendo una vista de 360 grados de una de las ciudades más bonitas del mundo. El lago Nahuel Huapi y las montañas –nevadas en invierno- son parte de la panorámica que puede obtenerse allí. Para dar una vuelta completa hay que estar entre 20 y 40 minutos.

Comer, casarse o simplemente reunirse en las alturas, una nueva experiencia (clickear para agrandar imagen). Foto: Dinnerinthesky.comSiguiendo con la idea de comer en las alturas, en varios puntos del planeta se está poniendo de moda una nueva modalidad: las reuniones en el aire. Nacieron como mesas para ejecutivos de empresas –que, por supuesto, ya están disponibles para los turistas- que se elevan a unos cuantos metros para que puedan tener reuniones sin correr el riesgo de que otros escuchen tras las puertas. Así, hoy se puede comer a 140 metros del piso. Barcelona es una de las ciudades en las que es posible comer a cielo abierto. Para eso, hay que cumplir con algunos requisitos. Por ejemplo, como la silla se encuentra suspendida en el aire (con todos los dispositivos de seguridad que amerita la situación), la persona no puede pesar más de 200 kilos. Además, los comensales deben tener una altura mínima de 1.40 metros y, por supuesto, no temerle a las alturas ya que una vez arriba, no lo bajarán por una hora u hora y media, tiempo que dura la cena junto a otras 20 personas.

Fuente: todoparaviajar.com

Prepara tus piernas

Hay algunas ciudades en el mundo que eligen un modo de vida más ecológico y sustentable. Para eso, entre otras cosas, eliminaron los autos. Descubre cuáles son los lugares a los que debes ir preparado para recorrer a pie.


Hay ciudades en las que los autos no son bienvenidos. Foto: iStockphoto.com

Cada vez más ciudades tienen problemas de contaminación causados, entre otras cosas, por los autos. A esto se le suman los inconvenientes del tránsito, que genera horas de retraso en algunos casos y todo esto repercute una reducción en la calidad de vida.

Contrariamente a esto que sucede en las grades urbes del mundo, hay algunos puntos del planeta que eliminaron a los autos de sus calles (y de su modo de vida). Por supuesto, a cambio, las bicicletas se convierten en el transporte más utilizado, sumando así varios beneficios que repercuten en una mejor calidad de vida ya sea por la ausencia de factores contaminante como por la promoción de la actividad física.

En Amsterdan hay una localidad llamada Westerpark que eliminó el automóvil. Está a sólo 3 kilómetros del centro de la ciudad y en un radio de 6 hectáreas (donde hay 600 viviendas), el auto tiene prohibido el ingreso.

Barmbek, en Hamburgo, es otro de los proyectos sin coches. Aquí hay 200 viviendas ubicadas a lo largo de un canal, a 5 kilómetros de la ciudad. Y en los Países Bajos, Groninga, conocida como la capital del ciclismo, es otro ejemplo de esta nueva filosofía de vida.

Pero tal vez uno de los casos más renombrados es Vauban, en Alemania, cerca de la triple frontera con Francia y Suiza. Si bien no está prohibido tener auto (de hecho, hay dos lugares para estacionar), no está permitido su uso dentro Vauban, motivo por el cual la mayoría de sus habitantes directamente no tiene vehículo. Esta localidad, de un kilómetro y medio cuadrado, está planificada de modo tal que las distancias sean lógicas como para acceder a pie a los comercios.

Y como Vauban, parece, habrá otras ciudades en el mundo. Por ejemplo, en California se está planificando la creación de Quarry Village, una comunidad en las afueras de Oakland en donde el auto no podrá ingresar.

Para quienes tienen dudas acerca de la rentabilidad de un poblado en el que los vehículos estén prohibidos basta mencionar a Venecia, una de las ciudades más visitadas por los turistas, donde la paz que allí se respira se debe, en gran parte, a la ausencia de los coches.

Fuente: todoparaviajar.com

¡A compartir!

El conocido sistema de los tiempos compartidos también se extendió a aviones, helicópteros, yates y hasta autos de lujo. Las diferentes vertientes de una modalidad que atrapa a muchos.
Barcos, aviones, casas rodantes y más ahora pueden compartirse. Fotos: SXC.hu

Para quienes siempre quisieron ser dueños de su propia casa en la playa, su yate, su avión privado o su auto de lujo, pero su cuenta bancaria no es tan abundante como para lograrlo, el mercado ofrece una alternativa: comprar un pedacito de cada una de estas –y otras- cosas. El conocido concepto de tiempo compartido, que otrora se usara de manera exclusiva a los hospedajes, hoy es trasladado a diferentes servicios y artículos de lujo. ¿Por qué? Básicamente porque tiene algunas ventajas que tientan a muchos. Entre ellos, es una opción muy viable para aquellas cosas que sabemos que no les daremos un uso habitual (por eso hizo furor en los hospedajes para vacaciones, en su momento) y no hay que llevar sobre los hombros el peso y la preocupación del mantenimiento.

Los aviones privados son compartidos, sobre todo, por empresas. Fotos: SXC.huPor supuesto, también está la contracara: no somos los dueños exclusivos. Tal como lo dice su nombre, se comparte, por lo que hay que ponerse de acuerdo con el resto de los dueños (no de manera directa, pero sí a través de la empresa que organiza y vende ese tiempo compartido) para poder usarlo.

Variedad

En Argentina, más precisamente en Buenos Aires, la idea de tener, por ejemplo, un barco o un velero con este sistema fue introducida, entre otros, por la empresa Internautic. En España, Yatch Sharing hizo lo propio, con un tope de hasta 12 propietarios para una misma embarcación (un mes al año por dueño).

Para quienes prefieren viajar por aire, también está la opción de comprar un porcentaje de un avión, aunque ésta es más utilizada por empresas que por particulares. En este caso, la medición se hace por horas de vuelo al mes y la aeronave viene con el piloto, las pólizas de seguro, el combustible y el mantenimiento incluidos.

Por último, para quienes quieren encontrarle una vuelta de rosca al tradicional tiempo compartido relacionado con un hospedaje en un rincón puntual del planeta para vacaciones siempre en el mismo lugar, también hay casas rodantes disponibles con esta modalidad. Así, uno compra una porción de un motorhome, paga su cuota mensual, y cuando le llega el turno de usarla tiene la total libertad de ir adonde quiera. Motor Home Time Club es una de las tantas empresas que ofrece este tipo de servicio en territorio argentino.

Tanto en éste como en el resto de los casos de Time Sharing, uno paga una cuota mensual que se mantiene por el período de tiempo que diga el contrato. En algunos casos son cinco años renovables, en otros son cancelables y en otros el tiempo es diferente. Cada empresa tiene su propio sistema, por eso es fundamental leer la letra chica antes de firmar y entusiasmarse.

Fuente: todoparaviajar.com