Ubicados en
famosas ciudades cosmopolitas, resultan una excelente ocasión para
descubrir esta cultura milenaria, rica en historia, arquitectura y
gastronomía.
Chinatown, Manhattan | |
Por Cynthia De Simone
En un mundo globalizado, a ningún
viajero le sorprende al visitar un nuevo país encontrar comunidades de
distintas etnias, reunidas en un mismo barrio. Así sea para conservar su
lengua, mantener viva su cultura en un territorio ajeno o preservarse
de la segregación racial, los inmigrantes acostumbran a concentrarse en
algún punto geográfico de la ciudad y desarrollar emprendimientos
comerciales, a la vez que difunden su gastronomía y objetos de
adoración. Algunos llegan para conquistar nuevos horizontes, otros
escapan de condiciones adversas en su país de origen.
Tal es el caso de los ciudadanos
chinos, que a mediados del siglo XIX iniciaron una fuerte ola
emigratoria huyendo de las guerras que azotaron a su república. Con el
tiempo, estos pequeños “hogares” orientales del país más poblado del
mundo se convirtieron en puntos de atracción turística.
Conoce en esta primera entrega aquellos Chinatown que no debe dejar de visitar.
New York
Recorrer la Gran Manzana puede ser
una verdadera odisea entre tantas atracciones: museos, citytours,
paseos de compras y vistas panorámicas desde famosos rascacielos no dan
respiro al viajero. Pero si eres amante de la filosofía zen y deseas
conocer más a fondo sobre la cultura asiática deberás empezar por
visitar Columbus Park, ubicado detrás de Canal Street, la calle
principal del Chinatown.
Para
entrar en sintonía con el ambiente, lo ideal es ir temprano por la
mañana, momento que permite observar a personas de edad avanzada
practicar artes marciales como Tai Chi o Kung Fu en el interior del edificio del Pavilion.
Con el devenir de las horas, el
parque se irá convirtiendo en club social y recreativo, donde la gente
local juega sobre mesas de piedra al ajedrez chino (xiang qui) las cartas o al mahjong.
Durante el fin de semana (si el clima lo permite) se pueden apreciar
conciertos gratuitos de ópera cantonesa, con orquestas en vivo y
karaoke.
El pulso sereno y equilibrado del
único pulmón verde que tiene el barrio contrasta con el ritmo alocado de
las calles Mott, Mulberry, Doyers y Canal, donde abundan restaurantes
de cocina oriental, tiendas de souvenirs y galerías comerciales en las
que se venden perfumes, carteras y relojes que imitan marcas de primer
nivel, a precios imposibles de adquirir en la lujosa Quinta Avenida.
El vecindario que hoy se conoce como Chinatown NYC, fue motivo de inspiración para el cineasta Martín Scorsese, en su film Gangs of New York. En el siglo XIX, antes de la llegada de la comunidad china, se conocía a esta zona como Five Points,
(por la confluencia de cinco esquinas donde actualmente se erige el
parque Columbus) Por esa época la convivencia de inmigrantes de
distintas procedencias y bajo nivel educativo, provocaba enemistades
entre los bandos y el lugar se convirtió en epicentro de crímenes,
prostitución y violencia.
Pero felizmente aquellos demonios
han sido extirpados y hoy el barrio chino de New York es un ejemplo de
integración y tolerancia: un sitio imperdible.
Singapur
Limpia, segura y ordenada. Esta
isla ciudad se ubica al sudeste de la península de Malasia y es conocida
como uno de los cuatro tigres asiáticos por su importante desarrollo
económico. Durante más de un siglo fue colonia británica hasta que
finalmente, en 1959 logró su autonomía.
Si algo caracteriza a esta ciudad
es su rica fusión cultural, con cuatro idiomas oficiales (inglés,
mandarín, malayo y tamil) y etnias diversas tales como malasios, indios y
chinos. Estos últimos conforman el setenta y cinco por ciento de la
población y tienen su propio Chinatown.
Si te atrae la arquitectura
asiática podrás sorprenderte con llamativas edificaciones religiosas
como símbolo de la armoniosa convivencia entre los distintos credos.
El templo Thian Hock Keng, que
data del año 1842, es una obra maestra tallada en piedra y madera con
dragones y columnas imponentes. Allí llegaban los primeros inmigrantes
chinos para agradecerle a Ma Zu (dios protector del mar) haber llegado a salvo a destino.
Sri Mariamman, el templo hinduista más grande y antiguo de Singapur fue declarado Monumento Nacional y su mayor ícono es el Gopuram, una torre ornamental que se sitúa sobre la entrada al recinto (South Bridge Road) y que está adornada con esculturas de dioses y animales sagrados
de colores brillantes. Debido a su altura es posible divisarla desde
una distancia lejana, lo que permite que sus fieles puedan orarle sin
necesidad de ingresar al lugar. Por último, la Mezquita árabe Al Abrar y
la Jamae son dos lugares recomendables.
Pero si lo que realmente andas
buscando es sentir la emoción y adrenalina de explorar un mundo nuevo,
no dudes en contratar alguno de los tours que se ofrecen a bordo de un cycle rickshaw o trishaw,
un antiguo vehículo con estructura de triciclo y capacidad para dos
pasajeros, propulsado por un chofer que junto a otros turistas,
recorrerá a partir del atardecer, los puestos callejeros del mercado de
pulgas ubicado sobre la calle Trengganu, donde el regateo es casi un
deber y abunda la venta de recuerdos, bijouterie y amuletos para atraer
la buena suerte.
El viajero también tendrá la
posibilidad de cenar en algunos de los restaurantes que (entre otras
delicias) ofrecen pescado, arroz frito y cerveza a muy buen precio. El
paseo concluye con una vuelta en barco por el río Singapur que permite
apreciar una magnífica vista nocturna de la ciudad que incluye la
icónica estatua de Merlion, mitad pez, mitad león.
Fuente: todoparaviajar.com
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