En las
principales ciudades del mundo, espacios reservados al tópico de las
artes amatorias, dan cuenta de que el sexo, también puede ser una pieza
de museo.
Loveland, museo al aire libre con 140 esculturas eróticas (Corea del Sur). | |
Por Verónica Luna
La revolución sexual desatada en
el mundo occidental a partir de la segunda mitad del siglo XX,
especialmente en las décadas de 1960 y 1970, cambió la perspectiva que
se tenía acerca de un asunto que era tabú. Las concepciones
conservadoras sobre la moral y el comportamiento sexual, se encontraron
con ideas liberales que le hacían frente con temáticas como la igualdad
entre los hombres y las mujeres, la reivindicación del cuerpo, la
desnudez y la aplicación de los métodos anticonceptivos. Como parte de
ese fenómeno, surgieron los primeros museos del sexo en Europa. En las
principales ciudades del mundo es posible encontrar algún recinto donde
se exhibe el patrimonio relacionado con las prácticas de la sensualidad y
el erotismo.
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